De Adorno

Dije que después de leer el Palinuro de México leería La Teoría Estética de Adorno así que me puse a buscarla en el web. Mientras bajaba el pdf navegué un rato y leí que varios filósofos han desarrollado sus propios pensamientos acerca del arte y la belleza. Entre ellos me llamó la atención  que Hegel escribió su propia Estética 140 años antes que Adorno. La único que sabía de Hegel era su gran influencia sobre Marx a quien leí cuando estaba estudiando mi fallido doctorado en Ciencias Sociales. Solo de recordar las lecturas de Marx me da ansias y las ansias me dan hambre y para el hambre nada como unos tacos y así fue que en vez de leer a Adorno terminé leyendo Taco USA de Gustavo Arellano.

Entre tamales, carne con chile, enchiladas y burritos, aprendí que antes de que Maseca invadiera el mundo con su blanca harina de maíz en los 1940, a principios de 1900 nació en Texas la "masolina" o "tamalina" que se usaba lo mismo para hacer tortillas que tamales. También aprendí que Jesús, a diferencia de su madre que se apareció en un ayate o en una cueva, hizo sus primeros intentos de aparición en una tortilla. Fue en 1977 en Lake Arthur, Nuevo México cuando María Rubio vivió el milagro mientras le preparaba el desayuno a su marido. Le construyeron un Altar a la tortilla al que por más de 25 años visitaron miles de feligreses hasta que en 2005 la nieta de María llevó la tortilla a la escuela y se le quebró, después de todo era solo una tortilla de maíz. Me pregunto si el marido de María terminó su desayuno con pan.

Fritos, Doritos, Tostitos, tan Mexicanos, tan Americanos. Con queso, con chile, con verduras. Me quitaron la beca del doctorado porque me fui a pasar tres meses a Madrid (Con qué poco pinole se ahogan los del CONACYT, ¿verdad?). Mis compañeros de aula en Madrid eran estudiantes de varios países latinoamericanos y todos me preguntaron, emocionados, por el Chavo, por Thalía, por el Chicharito pero fue la Cubana la que me comentó que lo único bueno que había producido México eran los Doritos. Y pues le dije que entonces no habíamos producido nada bueno porque los Doritos son un invento gringo. ¡Chale!