Las Sirenas

Las sirenas viven en un mundo dominado por ballenas jorobadas. Hay imágenes y efigies de cebras con torso de mujer por todo el orbe que no las representan. Pero ya no más, el océano ya no es suficiente, avanzan unidas y gritan. Me regocijo con el fuego de sus palabras que por un instante pensé que me levantarían del suelo.

Las sirenas tienen cabellos de caracoles entre los que que esconden peces de colores. Llevan bajo el brazo el canto, entre sus dedos la pancarta y entre sus piernas un via crucis dulce y salado.  ¡15 mil! ¡250 mil! ¡650 mil! Avanzan hacia el punto sin retorno, ahí donde no hay vuelta atrás, para volver a empezar, para volver a nacer.

Entre las sirenas la moneda de cambio son las palabras. ¡Un poema por una consigna! grita una, ¡Una canción por un grito de esperanza! grita otra. Nuestro horizonte fue arrastrado por una gran ventisca y el cielo y el mar y la tierra son ahora lo mismo. Las sirenas nos muestran el camino. ¿Quién necesita pies para marchar?

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