Más de 40
En cuanto mi mamá prendió el carro para ir al súper, se escuchó La incondicional de Luis Miguel. Tenía años que no la oía y me trajo recuerdos de mis primeros años en la Universidad. Después le siguió Tengo todo excepto a ti. ¿Es un disco de éxitos o un USB?, le pregunté a mi mamá. Es la hora de Luis Miguel, la pasan todos los días, me contestó. No manches pensé, ¿Una hora diaria de Luis Miguel? Pues ¿Como cuántas canciones tendrá como para no estarlas repitiendo a cada rato? Cuando empezó Hasta que me olvides, sentí que fue suficiente, pensé unos segundos, respiré profundo, medio cerré los ojos como cuando sientes que alguien te va a golpear y empecé a brincar de estación en estación buscando algo que me gustara. Tenía miedo de que mi mamá empezara con su letanía de los dolores que sufrió al parirme, de por qué no le he dado nietos o de cómo es posible que yo tenga una mejor licuadora que ella si yo ni cocino y todo por cambiar la estación de la radio, pero no fue así.
En una estación Yuridia cantaba La maldita primavera... mucha tragedia para una tarde de súper, pensé. En otra Maluma cantaba El Perdedor... definitivamente el reggaetón no es lo mío. Seguí buscando, ... María no que no querías, te estabas haciendo la mula, pero ya sabías que era mío ya tu corazón, corazón, corazón... ni que estuviera en un baile... Yo soy rebelde porque el mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado con amor... ¿En serio?, ¿Todavía tocan esas canciones?... You see me I be work, work, work, work, work, work, You see me do me dirt, dirt, dirt, dirt, dirt, dirt, There's something 'bout that work, work, work, work, work, work, When you a gon' learn, learn, learn, learn, learn, learn, Me na care if me tired, tired... esta canción no, no, no, no me gusta...
De repente me acordé, ¡Stereo 100!, ahí si tocan música de los 80s y 90s justo como su slogan y justo como me gustan y justo como un amigo me dijo "Tienes más de cuarenta, ¿verdad?". Pues si, ni como negarlo. Siempre en Domingo con sus baladas setenteras y ochenteras formó mi niñez y adolescencia. La constante búsqueda del amor perfecto y cursi... Mary es mi amor, solo con ella vivo la felicidad... el desamor... El me mintió, el me dijo que me amaba y no era verdad... incertidumbre... En mi vida solo quedan esperanzas... y claro, engaños, mentiras... él me dijo que era libre, como las palomas era libre, y yo le creí... ¡Tonta!... No hay nada más difícil que vivir sin ti, sufriendo en la espera de verte llegar, si no te hubieras ido sería tan feliz... ¡Pobre hombre! y ¿qué tal con las mujeres liberadas del yugo machista?... Hace mucho que no siento nada al hacerlo contigo, tus manos, tus besos y abrazos parecen escarcha, tus caricias que ayer me excitaban hoy no me dicen nada...
Una a una me aprendí, como autómata, las letras de estas canciones sin sentido para un niño de 12 años. Las escuchaba en las 14 románticas de radio 14, en La hora de los Novios y por supuesto en Siempre en Domingo. Pero nadie como la Rocío Jurado, mirando fijamente a la cámara, con un micrófono alámbrico que cambiaba de mano según lo intenso del tema y eso grandes y sudorosos senos que subían y bajaban con la respiración y que estaban a punto de desbordarse del vestido que los contenía... Si amanece y ves que estoy despierta porque de tu amor aún no estoy llena, ámame otra vez, ámame otra vez, con las mismas fuerzas que la primera vez... ¡Ay Góey!, esas canciones si llegan, si llegan...
¿Rock en español y música en inglés?, de esa hablamos después, lo único que puedo decir es que cuando Richard me hizo escuchar lado a lado Persiana Americana de Soda Stereo con Love is Battlefield de Pat Benatar me destrozó mi rebelde adolescencia, la hizo añicos.