Cómo sacar a bailar a la morra que te gusta y no morir en el intento (versión adolescente de los 80s).

Esa noche mi mamá nos daría raite a mi y a mis amigos al Paticentro. Desde hace varios años que el lugar había dejado de ser usado como pista de patinaje y se había convertido en salón para fiestas. Lejos habían quedado los tiempos de esperar patines de tu talla, si es que no tenías, y ponerte patines olorosos a insecticida para hongos. Una de las reglas para asistir a un baile en el Paticentro era llevar zapatos con suela de goma para no dañar la duela de madera, el pretexto perfecto para llevar tenis al baile en una época en que no era común hacerlo. Mis tenis eran de piel blanca con el típico logo de la victoria de Nike color gris, me gustaban mucho, más que los converse alto color vino que tuve antes. Pero los tenis, por más caros que fueran, no daban valor para sacar a bailar a la morra que te gustaba. Entre mis amigos teníamos muchas teorías sobre cómo sacar a bailar a la morra que te gustaba sin ser rechazado.

Número Uno: “Si quieres bailar románticas tienes primero que sacarla a bailar cuando están las movidas”. A mi me gustaba sacarlas a bailar cuando ponían “Let’s Dance" de David Bowie. Esperaba el momento exacto para invitarlas a bailar y decirles “...Let’s Dance!...” y les extendía la mano, "...Put on your red shoes and dance the blues...” y las miraba a los ojos esperando el "Si" o el "Vamos". No era 100% seguro, en realidad funcionaba menos de la mitad de las veces. Si querías reducir la probabilidades de un “No, gracias”, lo mejor era esperarse a los Hombres G o Veni Vidi Vici, todos querían bailar sus canciones, y aunque te sentaran después de una o dos canciones sin llegar a las románticas, se sentía bien no ser rechazado.

Número dos: “Nunca saques a bailar en plena tanda romántica, al menos que sea tu novia o que estés seguro de que le gustas”. Algunos de mis amigos más aventurados se animaban a sacar a las morras en plena tanda romántica. Muchos fueron rechazados y fueron rechazados tantas veces que en una ocasión cuando a uno de ellos le dijeron “Si”, el le dio las gracias y estuvo a punto de darse la media vuelta antes de comprender que la muchacha estaba parada con la mano extendida hacia el. Solo una vez tuve éxito en sacar a una muchacha a bailar en plena canción romántica, fue la de "Total Eclipse of the Heart".   

Número tres (y la más importante): “Siempre, SIEMPRE, ¡SIEMPRE! revisa que el zipper de tu pantalón (o los botones si traías puestos unos Levi's) esté cerrado antes de sacarla a bailar”. En una de tantas ocasiones estaba platicando con unos amigos y empezó una de las canciones que más gusta y que aún bailo cuando puedo “...Como un electrón, sin respiración, ¡Baila!, que la pista quema...”. Rápidamente empecé a buscar a alguien para sacar a bailar, "quien sea" pensé. Lo que quería era bailar. Vi a una chava que estaba sentada moviendo los pies y las manos muy discretamente, “¡Esa!” me dije. Fui, le extendí la mano, y un poco cegado por las luces le dije casi gritando “¿Quieres bailar?” Me extendió la mano (señal de un "si") y empezó a levantarse de su asiento pero de repente me dijo, ¡No, gracias!. No era la primera ni fue la última vez que me rechazaron, para despistarla me fui al baño, me eché agua en la cara y me vi en el espejo para arreglarme el pelo, traía la bragueta abierta. 

La semana pasada fui al cumpleaños número 4 de mi sobrina. Ni siquiera recuerdo haber ido al baño, estaba ocupado tomando tomado fotos del evento. No se cómo pero de repente me di cuenta que traía el zipper del pantalón abajo. Traía la camisa desfajada y no se notaba, eso creo. Hagan su buena obra del día o de la noche, si ven a alguien con la bragueta abierta, siempre, SIEMPRE, ¡SIEMPRE!, ¡Avísenle!