Ad Pacem

Una de las cosas que me gustaba de ir a misa cuando era niño era el "Ad pacem" o el rito de paz donde el sacerdote invita a los asistentes a darse un saludo de paz justo antes de partir el pan y recibir la comunión. Me gustaba saludar a las personas, sentir sus manos, algunas tibias, algunas frías, unas suaves, otras más resecas, unas húmedas, otras olorosas. Todas la manos me parecían inmensas, especialmente la de algunos hombres que apretaban mi mano con fuerza, me sentía pequeño. En ocasiones, al igual que otros niños, salía corriendo de entra las bancas para ir a saludar al sacerdote, nos peleábamos por ser los primeros, como si de eso dependiera nuestra vidas. El premio: unos golpecitos en la cabeza, como los que le da uno a sus mascotas. 

Hoy en día solamente voy a la misa de Navidad en Noche Buena como parte de una promesa a mi mamá. La diferencia ahora es que detrás de cada "la paz esté contigo" está la angustia de pensar que mucha de esas personas traen las manos sucias. Son pocos los hombres que conozco que se lavan las manos después de ir al baño y muchas las mujeres que solamente usan antibacterial en vez de lavarse las manos con jabón. Los niños son los peores, han puesto sus manos en el piso, en la tierra, en el hocico de algún perro o un gato. 

Ahora me hago el desentendido. Busco un pretexto, una excusa, un botón desabrochado de la camisa, una pelusa en el pantalón, lo que sea en el zapato para evitar la mirada de mis vecinos de banca, para que me pasen los Ad Pacem por encima de la cabeza. Cuando de plano no puedo evitarlo extendiendo la mano sin mirar la de los demás, sonrío, "la paz", entrecierro los ojos con la esperanza de que tengan sus manos limpias. A veces no resisto y por impulso bajo la mirada, y ahí están sus manos, quién sabe dónde han estado esas manos. Pelando algún ajo o partiendo una cebolla, secando una frente sudada, limpiado una nariz sucia, cambiando el pañal del bebé que llevan en brazos. Si siento algo extraño discretamente me limpio la mano en el pantalón. 

Que en estas fiestas, la paz esté contigo.