¡Ya me ví!

¿Has estado en una playa nudista donde tú eres el único que lleva ropa? Yo sí. Me pasó en Barcelona. Después de un ajetreado día caminando por el muelle, comiendo en las ramblas y visitando una de las casas de Gaudí, esa tarde me fui a la playa. Quería bañarme en las azules aguas del Mediterráneo pero el agua estaba súper fría, era abril. Fue entonces que decidí caminar por la playa. Caminé bastante, no recuerdo cuanto pero de repente empecé a ver varias personas desnudas.

En Europa es normal que las mujeres anden topless en la playa, vi varias de ellas en cuanto llegué a la playa. En esos momentos me acordé cuando mi tío José me llevaba al Club Med de San Carlos por allá a principios de los ochentas a ver a las mujeres topless. Era toda una aventura. Entrábamos por la playa Los Algodones y recorríamos el frente del Club Med de un lado a otro, despacio, sin detenernos, mirando de un lado a otro, ni siquiera hablábamos entre nosotros, el objetivo era mirar lo más que pudieras. Seguramente no éramos los únicos que lo hacíamos porque los guardias nos seguían con la mirada y mientras no molestáramos a los turistas nos dejaban ser. Cuando les contaba a mis amigos de la escuela, no me creían. Aunque pensándola bien yo tampoco me hubiera creído porque le ponía demasiada crema a los tacos, exageraba todo. Si había visto seis mujeres topless decía que había visto veinte, si las había visto de lejos, decía que las había tenido frente a mis ojos.

Pero esto era diferente. No estaban solamente topless, estaban completamente desnudas, y no eran solamente las mujeres sino los hombres también. Algun@s jóvenes, otr@s no tanto, un@s de de buen cuerpo, otr@s no tanto, había de todo. ¿Ya dije que el agua estaba fría?, entonces ya sabes lo que significa para un hombre estar desnudo recién salido del agua fría, ¿verdad? Así que a pesar de que ellos eran los que estaban desnudos, yo era el que me sentía desnudo, fuera de lugar. Regularmente estas playas anuncian cuando estás entrando a una playa nudistas oro como precaución y en ocasiones sino estás dispuesto a desnudarte no puedes entrar o te pueden pedir que te retires. Pero nadie me dijo nada, así que tendí mi toalla y me recosté pero no me atreví a desnudarme. Me dio pena, no sé ni por qué.

Una sensación similar sentí el la semana pasada. Eran alrededor de las 5 de la mañana, el sol apenas estaba saliendo y Richard no quiso ir al gimnasio, así que salí a caminar en el vecindario. No, la gente no andaba desnuda, pero todos, absolutamente todos los que andaban caminando o corriendo andaban con un perro. Algunos hasta con dos perros. Había de todo, Bulldogs, rottweilers, schnauzers, diferentes colores, tamaños y razas. Y esa sensación de desnudez sin realmente estar desnudo que tuve en Barcelona, me volvió esa mañana aquí en Tucson. Estaba desnudo de perro.

Me gustan las mascotas, lo que no me gusta es el tiempo que tiene uno que invertir en alimentarlos, llevarlos al doctor, cuidarlos, son como hijos. Así que me di a la tarea de investigar y resulta que puedes rentar perros por día. ¿Quién lo hubiera imaginado? Bark N Borrow, UberPuppies, DogVacay y PuppiesForRent son algunos de estos sitios. Las rentas varían y regularmente son perritos que se encuentran en albergues y tienes la opción de adoptarlos. Uno de estos días me animo y salgo con un perrito a caminar por el vecindario. También uno de estos días me animo y me voy a una playa nudista. Lo ideal sería ir a una playa nudista con un perrito. ¡Ya me vi!

foto: Diario de Tarragona