Ya decía yo

Hace unos meses Richard y yo decidimos, más por cuestiones de salud que por curiosidad, hacernos una prueba de ADN. Tuvimos que llenar unos tubitos con nuestra saliva y mientras estábamos escupiendo copiosamente en los tubos pasó por nuestras mentes mezclar las salivas y esperar qué resultados nos daba la compañía, al principio nos pareció divertido pero la bromita nos costaría 200 dólares, así que decidimos que no valía la pena. 

Varias semanas después llegaron nuestros resultados. Mi mapa era una explosión de colores, un  arcoiris amarillo, verde, azul, violeta, rojo, naranja, resultado, imagino, de los largos viajes de mis ancestros y de su libidinosidad por procrear con el (la) primero (a) que se le pusiera enfrente. Inmediatamente pensé en mi papá que tenía (tiene aún) fama de pisa y corre.

Según mi mapa, el 55.8% de mi ADN viene del sur de Europa, específicamente de España y Portugal  (34.8%) y otras regiones (17.3%). El 33.9% viene de nativos americanos, con una alta probabilidad (31.5%) de que vengan de Jaliscoy sus alrededores (ya decía yo que por algo me gustaba el tequila). Mínimamente el 3.2% viene del Africa Subsaharian, más específicamente Guinea y Senegal, y el 2.4% del norte de Africa y Arabia. O sea que básicamente pagué 200 dólares con los que bien pude haberme comprado un par de buenos zapatos para que me dijeran lo que ya sabía, que ¡Soy Mestizo!, que soy intolerante a la lactosa y que mis manos tienden a sudar cuando estoy nervioso. ¡Qué fiasco!

Lo más decepcionante es que mi uniceja no me alcanzó para ser pariente de Frida Kahlo, tenía la leve esperanza de tener algo en común. Lo que si me sorprendió es saber que quien aportó la parte colorida a mi ADN es mi mamá. ¡Quién lo hubiera imagino! Los ancestros de mi mamá resultaron más enamoradizos, por decirlo de alguna manera, que los de mi papá. La fama de quinceañero de mi papá aportó básicamente la decendencia Europea. 

Aunque esto del ADN se supone que es confidencial creo que es prudente hacer notar que los resultados de Richard son, digamos,  ¡a-b-u-r-r-i-d-o-s! Parece que sus ancestros eran más cuidadodos y no se revolcaban con caulquiera como los ancestros de mis papás. Básicamente sus ancestros viene de Alemania, Inglaterra y el sur de Francia. Los amarillos, rojos, naranjas y violetas no existen en su mapa. Pero está decidio a romper con el estigma. Le ecantan los tamales y las tortillas, ya aprendió a  bailar salsa y cumbia, ahora le falta aprender tango y quizá algún día llegue a casa perreando.